8 de junio de 2007

gracias a los agujeros negros

Es necesario que r viva en Salamanca, porque si no a ver quién se atreve a volver allí, y con el no volver, perderse todas las cosas que están cambiando, más las que no cambian, que resultan ser las más fascinantes por lo apremiante de su desaparición.
Salamanca desaparece debajo de sus nuevas cosas, como cuando te compras vasos nuevos en el Zara Home y le regalas los viejos a alguien. Tiran edificios enormes que son igual de enormes por fuera que dentro de nuestra memoria. Kun delante del agujero infecto que ha quedado debajo del fantasma del Gran Hotel. Ninguno entendemos cuándo un edficio es emblemático y por ello necesario. Unas veces los tiran y otras no. Los cines a tomar por culo, y cuando manu y yo íbamos a la una de la madrugada porque éramos unos nerds sin quererlo, cosi fan tutte, unos nerds éramos y somos, cada uno profeta donde puede, sin adivinar nada que no supiéramos ya entonces. Éramos los más listos y los más listos seguimos siendo, y eso te lo digo yo y te lo puede decir mucha gente y el que no lo diga miente y que le den por el culo, como a tomar por el culo se fueron esos sitios, cines, tiendas, bares y edificios enormes en el espacio y en las memorias, máquinas de telefono trucadas donde llorar porque no puedes ir a santander a hacer lo que sea, matando monstruos todo el tiempo, puntos de experiencia caníbal, safari de vampiros en la casa vieja de zé y de pilar, carthago, karthagoff y car-thagum…
El otro día subía a casa –mi casa de entonces, de cuando tiempodespacio-, y me quedé sentado en un banco de un parque que no existía hace unos años y que por mí sigue sin existir, pero que es de piedra y granito y metal y hierbajos, y sentado allí pensaba que Kun se había ido a casa en taxi –te descojonas, vamos por Salamanca en taxis, te descojonarías si vieses el trayecto que hacen y lo que vale- y que joder cómo cambian las cosas y que casi tenemos treinta años y está cambiando todo tan deprisa que una centésima de segundo es como un céntimo de euro, que lo dejas de propina, y así así, dejando propinas se nos pasan los días y cada vez cantamos los villancicos más cerca unos de otros, las Navidades son raras cuando vives en Madrid, yo estoy raro y cansado, pero infinitamente mejor que cuando tiempodespacio, con edificios nuevos dentro de mi cabeza, donde antes estában los otros, tan emblemáticos entonces, pero destruidos y convertidos en solares, uno a uno, cada día.



-----
Ahora viene lo mejor. Agarrarse que vienen curvas.

4 de junio de 2007

Hijo, en esta vida para ser chulo, además de tener cojones hace falta tener pasta.

“Es curioso cómo a veces llegamos a donde realmente queremos estar sólo con desearlo el tiempo suficiente”- es lo que piensa cuando bajando las escaleras del hotel repara en en que al otro lado de una de las ventanas que se ha ido encontrando en su descenso, lo que ve es el mar. Y lo que lleva puesto es un traje agradable y cómodo. Y esas cosas que piensas cuando vas a donde quieres ir.
A veces se le olvida eso, pero a veces no, y es entonces cuando da un salto hacia delante, o hacia atrás, y rebobina como una grabadora para escucharse anteriormente.
“Lo importante de todo es la realidad alternativa que nos ha tocado vivir”- y automáticamente se imagina viviendo en un libro de Phillip K. Dick, o de William Gibson, o algo peor… Y es en el libro en el que está viviendo donde sucenden las cosas.

“No sé si me creo lo que veo todo el rato, y si cuando toco algo es para cerciorarme de que es real y está aquí todo el tiempo. Mañana cuando me despierte por la mañana puede que ella no esté a mi lado y tenga que hacer lo que sea que haga en esa realidad aparente. Y de veras espero que si eso ocurre sea por la mañana, y no por la tarde, a la hora de la siesta. Entonces no lo podría soportar y seguro que saltaría… No hay nada peor que despertarse de la siesta en otra realidad…”- es lo último que piensa antes de llegar al vestíbulo del hotel y encontrarse de frente con ella, esperando, y con todas las cosas que hacer por hacer, por hacer, por hacer.

- “¿Sabes que yo sabía esto, y que iba a ser así?” -dice él.
- “¿Dêja-vu?” -mientras mira hacia la puerta del hotel.
- “No, no. Nada de eso. Es” -termina la frase bajando el volumen.
- “…” -porque ella no le está escuchando ya.

El resto de las personas se arremolinan unas alrededor de otras y se sumerge entre ellas, esperando que regrese esa sensación de triunfo que tenía al bajar las escaleras, pero no hay manera. Una idea se agolpa a la entrada de su raciocinio, a codazos, pretendiendo erigirse como lo que está pensando en ese momento. Es una historia que le contaron, de un tipo que con un mercedes clk se estampó adrede contra un fiat bravo aparcando, sólo para demostrar que en esta vida, para ser chulo, además de cojones hace falta tener pasta.

Y se sumerge, que lo sabe hacer muy bien, entre todos otro rato.



-------------------------
Siempre pensando que llegas pronto a los sitios y zas!, en el momento más importante te quedas frente a la última nave y el que se monta delante de tí es el mismísimo Gaius Baltar.