16 de agosto de 2007

el cuento de jack y zoe

Jack y Zoe están en alguna parte del sistema Seti, tumbados en una cama, en el amanecer de un día de Agosto en un planeta de composición principalmente vegetal.
Es un hotel y se llama Ormanov Palace.
Jack se ha despertado, aunque realmente no ha pegado ojo en toda la noche. Digamos que en uno de los periodos de nosueño se ha fijado en su compañera de cama, semidesnuda, inocente e intocable.
Jack observa su contorno, esbelto, blanco, desordenado placidamente sabiendo que comparte cama con alguien. No escapa nunca porque sabe que no le hace falta.
La luz diurna se empieza a filtrar por las rendijas de las persianas del hoel y Jack puede observarla mejor. Se la sabe de memoria, porque la conoce desde hace a muchos años, y mientras tanto se formula las preguntas de siempre.
¿Realmente qué?
¿Cómo se explica esto?
¿Por qué tanta inoportunidad?

//Zoe da un pequeño respingo, y sin saber cómo, han transcurrido ocho minutos y ella está mordiendo la espalda de él.
//Luego es al revés.
//Luego tienen menos ropa.
//Luego suena un buho.
//Luego nada.
//Luego intentan explicarlo.

- “No me beses.” –dice ella.
- “Aprieta el gatillo” –dice él.
- “Tú tienes más que perder.” –vuelve a decir ella.
- “Siempre soy yo el que tiene más que perder.”

//Y a estas alturas Jack sabe que por peder le queda solo la camisa.
//Luego tienen más ropa.
//Luego lo vuelven a intentar explicar.
//Luego se vuelven a decir adios.

Y cambian de sistema solar de nuevo, cada uno al suyo.
Jack intenta explicarlo.
Zoe intenta explicarlo.
Y sin saber cómo, pasan ocho minutos, y él cree que lo que le han mordido no es la espalda.

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en verano llueve y hace frío en salamanca.
maña a aver qué hace en san sebastian.

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