27 de septiembre de 2006

nos

1942.
Para desayunar bacon con huevos, tortitas, zumo de naranja y dos mandarinas.
Carter Lewis se asoma a la ventana de su casa en Shackelholm Road y advierte que las nubes que rondan su hogar traen agua.
No le importa, ya que se va a zambullir hasta la mismísima cocina de Neptuno en busca de la última voluntad de su padre.

Novus Ordo Submarinii. Ochocientos marineros en la flota subacuática más grande jamás pensada en la historia de la humanidad conocida.
Víveres para dos meses de incursión abisal.
Lo que no sabía el Capitán Lewis era que tanto sirenas como tritones, si no te los cenas, te los comes.

No hay comentarios: